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Hijos viviendo en el extranjero

Al igual que las personas que se van a vivir a otro país, las personas que se quedan, también viven un proceso de adaptación emocional en su rutina diaria.  En el caso específico de los padres y las madres, muchos pueden llegar a sufrir stress psicológico y emocional después de que sus hijos se van al extranjero.

Este estrés puede ser de muchas formas por:

  • Duelo migratorio

  • Nido vacío

  • Depresión

  • Ansiedad

Al irse un miembro de un sistema familiar, esta estructura necesita adaptarse a una nueva manera de funcionar. Los roles cambian y tendrán una nueva forma de experimentarse como familia, sin la persona que se fue a vivir al extranjero.


Los padres, madres, familia y amistades del expatriado, también viven algo parecido al duelo migratorio. Pueden desarrollar problemas psicológicos como: ansiedad, depresión o problemas con su pareja tras la partida de su hijo o hija.


Ellos pierden la presencia de un ser querido y aunque siguen en contacto con él a través  de redes sociales, esa persona ya no estará en su vida cotidiana. Viven una pérdida y ante ello, hay un duelo.


Normalmente se piensa que el duelo migratorio sólo ocurre a los migrantes, pero también incluye a sus familias o a las personas cercanas. El duelo va a ser más o menos difícil, dependiendo de las circunstancias en que se dé esta separación. Depende de la relación que el padre o la madre tenía con el hijo. Interviene el rol que el hijo ocupaba en la familia, si era una persona muy activa en la dinámica familiar.


También influye el momento en que se ha ido; si se fue en un periodo  de crisis o de calma. Así como  de la certeza o no,  de saber si el hijo o la hija va a volver; si su separación es temporal o definitiva.


Dependiendo de todas estas circunstancias habrá padres y madres que elaboren el duelo de manera natural; sin ninguna dificultad. Sin embargo, algunos de ellos podrán desarrollar trastornos emocionales.


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